Médico de profesión, Antonio fue profesor de la Facultad de Medicina entre 1934 y 1936 y también colaboró en la creación de la “Agrupación al servicio de la República” en Compostela. Cuando se inicia la guerra fue castigado por su posición política y suspendido de empleo y sueldo en la Universidad; tuvo que exiliarse.
En 1936 emigró a Argentina, donde debió revalidar sus títulos en Medicina. Allí fundó, con Gumersindo Sánchez Guisande, un sanatorio en Avellaneda y el laboratorio de Anatomía Patológica del Centro Gallego de Buenos Aires. Fue catedrático de Anatomía Patológica de la Universidad de Mendoza (Argentina) y director de Salud Pública de la Patagonia.
Desarrolló una brillante trayectoria profesional. al mismo tiempo que colaboraba con los intelectuales gallegos en el exilio (Rafael Dieste, Luis Seoane, Díaz Pardo).
Antonio Baltar formará parte de la logia masónica de exiliados gallegos “Antolín Faraldo” de Buenos Aires, con Luís Seoane y Arturo Cuadrado, entre otros, que promoverá iniciativas editoriales y culturales y la fundación del “Fogar Galego de Anciáns”, del que Baltar será uno de los fundadores. Participará también en las tertulias del Café “Tortoni”.
Entre 1956 e 1959 presidió la “Asociación Gallega de Universitarios, Escritores y Artistas” (AGUEA).
Fue miembro del equipo de dirección de la editorial “Citania”, fundada por Luís Seoane y escribió artículos en gallego como “Galeguismo, folklore, política e bioloxía” o “Isaac Díaz Pardo” y, bajo el pseudónimo de “Luís Estévez”, colaboró en la revista bonaerense Galicia emigrante.
Antonio Baltar Domínguez, junto con su hermano Ramón deben ser un referente para a los profesionales sanitarios y para toda la sociedad gallega. Consideramos muy necesario honrar su memoria y ponerlos como ejemplo de coherencia y dignidad.
Falleció en Buenos Aires el 22 de octubre de 1970.