Estudia en la Escuela de Artes y Oficios y a los dieciséis años se encuentra trabajando en Madrid como operario de escenografías teatrales. Regresa a A Coruña pero de nuevo vuelve a la capital española en 1908. Allí va a contar con la ayuda del ilustre ferrolano Aurelio Ribalta y entra a trabajar como escenógrafo de una compañía de zarzuela que recorre toda España y Europa. Posteriormente monta un taller en A Coruña en colaboración con sus hermanos.
Autor de relatos publicados en la prensa gallega de la época, sobre todo en «A Nosa Terra», con un fuerte estilo galleguista.
Camilo Díaz fue el escenógrafo más importante y uno de los artistas gráficos más destacados de Galicia. En 1917 entra en contacto con la empresa cinematográfica Fraga para la que realiza carteles y escenografía. En 1920 instala en Santiago un “obradoiro” de Arte que será uno de los centros dinamizadores de la plástica gallega y del nacionalismo.
Primero trabajó como delineante en la diputación Provincial de A Coruña y más tarde, como funcionario, para el Ayuntamiento de Santiago. Como asesor artístico del alcalde contribuye a remozar toda la emblemática compostelana.
Su forma de ser y pensar en la política va variando radicalmente con el paso del tiempo. En su juventud militó en las filas del tradicionalismo e inicia su colaboración con asociaciones y publicaciones de carácter confesional, como “El Eco de Galicia” o el “Boletín del Círculo Católico de Obreros” o en el Patronato Católico de obreros.
En 1918 entra en las “Irmandades da Fala” y diseña su bandera. Comienza a participar en publicaciones de carácter galleguista como “Ser”, ” Lar”, “Nós” y”A Nosa Terra”. En 1929 escribe e ilustra “Conto de guerra” y algunos poemas.
Las experiencias del primer bienio republicano le llevan a posiciones más de izquierdas identificándose con el sector más radical del Partido Galeguista y enfrentándose con las antiguas formaciones católicas y tradicionalistas en las que había militado.
Desde su taller de propaganda, en el que trabajaba su hijo Isaac Díaz Pardo, toma partido a favor del Frente Popular y del “si” al Estatuto de Autonomía de Galicia.
Tras el Alzamiento militar es detenido y llevado a prisión donde pasa un amargo tiempo dibujando a sus compañeros de cautiverio por su doble condición de gallegista y masón.
El 14 de agosto de 1936 “lo encuentran asesinado en un foso de la parroquia de Meixide, en Cerceda”.