Simbología… nuestro mundo siempre ha empleado la alegoría como modo de caracterizar las cosas y enseñarnos un significado más profundo. Es por ello que siempre que hablamos de símbolos hemos de buscar algo más allá de lo que es evidente tras una primera visual.
Son estos símbolos empleados en nuestro día a día para ilustrar, recordar o conmemorar hechos, hacernos llegar una idea o una actitud, comunicarnos algo más que se esconde tras un simple trazo o un sencillo dibujo , enlazando el presente con el pasado y la realidad con el mito.
Sin ir mas lejos, cierta empresa de Cupertino adopto una simple manzana como símbolo, popularizándolo de tal manera que en este momento el logo de la manzana con un mordisco nos lleva a pensar en equipos informáticos de alta calidad e impecable diseño en lugar del más tradicional que nos transportaría al Génesis (Génesis 3:16) y a la manzana como fruto del Árbol de la Ciencia.
Ese jardín de manzanos en el año 1666, la “manzana iluminadora” e Issac se toparon. Una manzana iluminadora que se contrapone a la “manzana de la desgracia”, como el jardín de manzanos donde Newton meditaba sobre la armonía de los mundos se contrapone con el “Jardín del Edén”. Es evidente que tras Apple Computer Co. se encuentra la primera y no la segunda, tal como muestra el primero de los logos de esta multinacional:
Aunque, quizás en la mente de Isaac Newton no estaban tan alejados la una de la otra, y el primero del segundo. Newton tuvo una relación peculiar con aquellos que se decían exégetas de la naturaleza a través de la interpretación de las sagradas escrituras. La relación que mantuvo con Nicolás Wickins durante más de veinte años y que se rompió en el momento en que el segundo se convirtió en vicario, tampoco debió ayudar mucho a las relaciones entre el Catedrático Lucasian y el clero. También su relación con Horatio Fatio de Duiller se rompió abruptamente, que paso de ser una promesa matemática a un integrante de un grupo religioso extremistas conocido como las Camisard. Sumemos a esto la condición de Newton como anti-trinitario que firmaba sus tratados alquímicos (no olvidemos que Newton fue introducido en la alquimia por su predecesor en la cátedra Lucasian y también supuesto masón Isaac Barrow) con el anagrama de Issacus Neuutonus - Jeova Sanctus Unus y que denotaba su condición de arrianista. Es posible pues que la “manzana iluminadora” de la que hablaba Newton fuese exactamente la misma “manzana de la desgracia” a través de la cual “el portador de luz” abrió la mente del hombre a la ciencia contra los designios del “principio creador”.
Pero volviendo a la manzana simbólica de Apple, con el tiempo fue transformándose. Al igual que Newton fue acusado de plagio por parte de Leibniz, la empresa de la manzana fue demandada en 1978 por la compañía de los Beatles por el uso de una manzana que se diferenciaba de la empleada por la banda de Liberpool en un simple mordisco.
Una manzana multicolor con un mordisco, que aunque nos lleve de nuevo al pasaje del Géneis, esconde también un homenaje a otra mente brillante: Alan Turing, un hombre que sentó las bases de la computación como la conocemos hoy en día y que murió la morder una manzana que tenía cianuro. Muerte auto infringida por que la sociedad británica del momento, olvidando que su mente sentó uno de los pilares para derrotar la intolerancia que representaba el fascismo, demostró una intolerancia mayor al no entender que existen otras formas de amar.
Una manzana pues que enlaza a Prometeo con el conocimiento científico y que esconde en su diseño a la divina proporción:
Evidentemente esto es simplemente un ejemplo pero podría citar la relación entre el Oroborus y Kekulé o entre la Escalera de Jacob y Crick, otros dos modernos alquimistas, que como Newton usaron los símbolos más ancestrales para justificar la iluminación que los llevo a sus aportes científicos, pero eso es otra historia, y por lo tanto, si habéis disfrutado con esta aportación, bien seguro que serán objeto de futuros trazados de arquitectura.
Robespierre, M.·.M.·.