lunes, 18 de marzo de 2019

Q.·.H.·. José María Cao Luaces

Nació en Santa María de Cervo (Lugo), el 13 de diciembre de año 1862, pero es considerado el padre de la caricatura política argentina.

Empezó a trabajar en la fábrica de cerámica de Sargadelos; cerrada esta en 1877, ingresó, como ayudante de pintor, en la fábrica de louza "Lana Asturiana", en Gijón. Conoció allí al escultor José María López Rodríguez, que le enseñó técnicas de escultura y dibujo. Posiblemente trabajó con él en las estatuas de David y Simón, que están en el retablo del altar mayor de San Agustín.

Trasladado a Coruña, dirige el obradoiro de un establecimiento de porcelanas y cristalerías, al tiempo que ejerce tareas diversas en comercio, aduanas y telégrafos, colaborando con ensayos de tipo literario en varias publicaciones.

Militante del Partido Republicano Federal de Pi i Margall, el fracaso de la 1a República y la represión posterior hacen que emigre en 1886 a Buenos Aires, donde trabaja como caricaturista en revistas y periódicos. En 1888 se asoció a un taller de grabados, fue profesor de un colegio y colaboró en varias revistas, entre ellas, la más importante, El Sudamericano, donde era encargado de la sección de retratos. Una de sus primeras caricaturas le ocasionó ocho días en prisión. En esa época Argentina era una caldera, el presidente Roca enfrentaba un levantamiento y el estado de sitio estaba vigente.

En 1887 fue contratado por el director de la revista Don Quijote, el español Eduardo Sojo, quien ya conocía a Cao por sus trabajos en gráfica. Juntos se dedicaron a la tarea de caricaturizar al gobierno, en todos los sentidos posibles, sufriendo persecuciones y prisión. Utilizaban seudónimos. El de Cao era Demócrito II y del de Sojo, Demócrito I. En esa época ocurrió uno de los actos más violentos de la Argentina en democracia, contra un periodista: el intento frustrado de asesinato de Cao en su mismo lugar de trabajo. A raíz de ello, Cao fue detenido, produciéndose un escándalo de magnitud. Al parecer, una caricatura del general Alberto Capdevila desencadenó el hecho, y habría que remitirse hasta casi 80 años más tarde, con la clausura de Tía Vicenta o Hum® en la década de 1980 para encontrar un hecho parecido. En esa ocasión el general Julio A. Roca, consciente del escándalo, intervino para apaciguar lo ánimos. Igual Don Quijote fue cerrado por el gobierno. El periódico Don Quijote fue un órgano partidario opositor al gobierno nacional, una publicación exponente de un grupo político "el radicalismo" que, a partir de 1890, surge como voz disidente que intentaba proponerse como una alternativa a la hegemonía de los partidos conservadores, gobernantes.

Don Quijote castigó con acidez al poder de su época. En ese periódico trabajó el ex comisario y escritor José Sixto Álvarez, también conocido por su seudónimo de «Fray Mocho», luego fundador de Caras y Caretas junto a Cao. Desde esa publicación se plantea al humor como un arma poderosa. Hasta tal punto había llegado su influencia que el propio fundador del radicalismo, Leandro N. Alem, sostuvo que la Revolución de 1890 la hicieron las armas y las caricaturas. En Don Quijote se originaron los apodos a los principales políticos de ese momento.

Desde una de esas publicaciones, Él Eco de Galicia, fundado por el en 1892, homónimo del que se editava en Cuba años antes, alentó la reapertura del "Centro Gallego" de Buenos Aires, fundado en 1879 y que se había disuelto este mismo año. Al frente del El Eco de Galicia estuvo poco tiempo, vendiéndoselo a otro lucense: Castro López. En 1894 fundó la revista El Cid Campeador, que se fusionó con La Bomba en 1895. Ilustro almanaques de la época, como El Criollo en 1893.

De nuevo estimula la refundación del incluso el 14 de agosto de 1893. Organiza y dirige también el "Orfeón Gallego" y crea la revista "Caras y Caretas", donde se consagra cómo dibujante satírico.

Vivía en Lanús donde funda una sociedad cultural llamada "Madre Fraternidad". Falleció en la ciudad bonaerense de Lanús el 27 de enero de 1918.


miércoles, 13 de marzo de 2019

Q.·.H.·. Manuel Becerra Bermudez

Manuel Becerra y Bermúdez nació en Santa María de Otero, Castro de Rey, 20 de octubre de 1820. Fue un matemático y político español, ministro durante el reinado de Amadeo I, la Primera República Española, el reinado de Alfonso XII y la Regencia de María Cristina. Destacado masón, fue Gran Maestre del Gran Oriente de España.

Becerra, que mostró desde joven talento matemático, fue instruido en ciencias exactas por José de Subercase, profesor de la Escuela de Ingenieros de Caminos.

Políticamente destacó por sus ideas progresistas y revolucionarias, que le llevaron a participar activamente en la Revolución de 1848, lo que le valió ser encarcelado en varias ocasiones y tener que buscar refugio en el extranjero en otras. En 1854 volverá a participar en los movimientos revolucionarios que darán lugar al Bienio Progresista (1854-1856) y, tras el golpe de Estado del general O'Donnell que le puso fin, será detenido, desterrado a Bilbao y posteriormente se exiliará en Francia.

Manuel Becerra vuelve a la vida política del país con ocasión de la Revolución de 1868 formando parte, como diputado, de la Junta Superior Revolucionaria entre el 5 de octubre y el 19 de octubre de 1868.

Tras las elecciones de 1869 resultó elegido diputado en Cortes por la provincia de Lugo, aunque finalmente optó por la circunscripción de Madrid y como tal ocupó la cartera de ministro de Ultramar entre el 13 de julio de 1869 y el 31 de marzo]] de 1870 durante la regencia del general Francisco Serrano Domínguez.

Al resultar elegido diputado en las elecciones de 1871 y 1872, ocupará la cartera de ministro de Fomento entre el 19 de diciembre de 1872 y el 12 de febrero de 1873, ya bajo el reinado de Amadeo I.

Ocupará ese mismo ministerio en el primer gobierno de la Primera República Española entre el 12 de febrero y el 24 de febrero de 1873, bajo la presidencia de Estanislao Figueras.

El 16 de mayo de 1886 se convirtió en académico de número de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales al tomar posesión de la plaza.3

Con la restauración monárquica formó parte de tres de los gobiernos presididos por Práxedes Mateo Sagasta como ministro de Ultramar: entre el 11 de diciembre de 1888 y el 21 de enero de 1890, del 21 de enero al 5 de junio de 1890 y entre el 12 de marzo y el 4 de noviembre de 1894.

Una década después de su fallecimiento se le dio su nombre a una plaza de Madrid.

Fue un destacado Masón, Soberano Gran Comendador del Supremo Consejo en los años 1884-1889 y Gran Maestre del Gran Oriente de España.