miércoles, 22 de mayo de 2019

Q.·.H.·. Juan Montero Telinge

Nacido en Compostela el 21 de diciembre de 1800. Hijo de una familia acomodada, aunque muy pronto quedó huérfano de padre, abandonó una incipiente carrera literaria en 1820 para alistarse voluntario en la Milicia Nacional, donde alcanzó el grado de sargento. Participó en algunas escaramuzas con las partidas realistas alzadas en Galicia. Al restaurarse el absolutismo por la intervención de los Cien mil hijos de San Luis se vio en la necesidad de huir, ocultándose en un velero que con otros refugiados lo condujo a Cuba.

Tras el paso por Cuba se estableció en Burdeos, donde trabajó como encuadernador, actividad con la que continuó al regresar a Galicia hasta contraer matrimonio con la hija de un comerciante de mediana fortuna y establecerse como comerciante independiente en La Coruña. 

En 1854 participó en el levantamiento progresista y fue elegido alcalde popular. Ocupó la alcaldía de la ciudad herculina durante el Bienio Progresista (1854-1855) sucediendo a Juan Flórez. Como alcalde su labor se centró en la atención a los afectados por la epidemia de cólera que se extendió por la ciudad y estuvo cerca de costarle la vida.

En el año 1869 llega al Congreso de los Diputados, con algo más de 22 000 votos sobre los 27 000 contabilizados fue elegido diputado por el distrito de La Coruña en tercer lugar. En 1869, En España sin rey, primera novela de la quinta serie de los Episodios nacionales, Benito Pérez Galdós lo reconoce en el hemiciclo del Congreso por su larga barba blanca entre los diputados de más viso:

Aquel de larguísima barba blanca, el vivo retrato de Abraham o Moisés, es Montero Telinge, gallego él y progresista.

Y poco más adelante lo colocaba junto con José Pardo Bazán formando «el núcleo del bando que patrocinaba la candidatura de don Fernando de Portugal» para rey de España, y asistiendo, ya en el volumen siguiente, España trágica, «con sus barbas de Isaías» y otros diputados como él de «significación radical» al entierro del infante don Enrique de Borbón, con el que quedaban enterradas también las aspiraciones de sus rivales, los orleanistas.

Posteriormente, ocupó un escaño en el Senado por la Provincia de A Coruña (1872-1873) y, posteriormente, fue nombrado senador vitalicio a partir de 1884. 

En 1844 publicó "Rosa y Pascual. Cuento gallego", trasncrito como "Rosa e Pascual" por el también masón Eugenio Carré Aldo en 1911.

Durante los años del llamado Trienio Liberal, muy joven, se inició en la masonería. Fue miembro de las logias Herculina y Brigantina. Su figura fue clave en la reorganización de la masonería gallega, al llegar al Congreso de los Diputados en 1869 era grado 33.